INAUGURACIÓN SUCURSAL OSJERA EN RESISTENCIA

El pasado 26 de Julio, la Obra Social OSJERA vivió uno de los momentos más gratos de los últimos tiempos. Efectivamente, ese día se inauguró la nueva sede de la sucursal en la ciudad de Resistencia, capital de la Provincia de Chaco.

Esta nueva sede tiene la particularidad de que se encuentra ubicada en un inmueble propiedad de la Obra Social, adquirido y remodelado especialmente a esos fines y viene a llenar una necesidad de una región en la que nuestra obra social está en una espiral de crecimiento permanente.

En el evento se encontraban presentes, además del Directorio de la Obra Social, el Presidente de la Asociación Diego Orellano y varios miembros de la CDC, además de directivos y afiliados de la Seccional Corrientes de la APJAE.

La OSJERA y la Asociación agradecen a todos los que aportaron a esta concreción, en especial al Presidente de la Seccional Corrientes y miembro del directorio de la obra social, Jorge Luis Kochol y a su familia, todos de papel fundamental en el acontecimiento.

Una vez más, queda probado que el trabajo en equipo, tiene resultados por demás de satisfactorios para toda la familia de la APJAE.


EL VALOR DEL SISTEMA SOLIDARIO



El Sistema de Salud de nuestro país carece de una Ley única, que interrelacione a las diversas Leyes que regulan el funcionamiento y los alcances de los distintos subsistemas.

Las Obras Sociales son agentes de salud que pertenecen a un subsistema muy particular y valioso; este valor característico y que marca una diferencia notoria, es la SOLIDARIDAD.

Las Obras Sociales y el Estado, son los únicos sectores del Sistema que velan por el acceso a la prevención y cuidado de la salud con la única finalidad de dar cobertura de este derecho natural, humano.

En una posición claramente distinta, con el único objetivo del lucro económico, se encuentran las Empresas de Medicina Privada o comúnmente denominadas Prepagas.

Estas empresas comerciales encontraron su notable expansión, como otras, en la deplorable década de 1990 y también como otras, lo hicieron a expensas del Estado y en este caso también del Sistema de Obras Sociales, usufructuando los vericuetos que la legislación de la época les abriera para insertarse en el sistema solidario.

Por supuesto que esta inserción se realizó, en general, para concretar lo que se conoce como “descreme” del Sistema mediante un mecanismo simple: captar los mayores aportes y los grupos familiares de menos riesgo. Como se entiende rápidamente, este accionar tiene una consecuencia muy evidente: se reduce el ingreso genuino de las obras sociales, el que permite dar cobertura universal a todos sus afiliados independientemente del ingreso o de la problemática que posean.

Estas Empresas tan conocidas y de aparente excelencia, permanecieron casi sin regulación hasta que este Gobierno impulsara una Ley específica que contó con no poco rechazo de algunos sectores de la oposición evidentemente influenciados por los intereses en juego.

También es bueno recordar que las Empresas de Medicina Privada han tenido siempre una reacción casi “espasmódica” de evidente rechazo a la incorporación de nuevas prestaciones en favor de sus asociados.

Como dato casi anecdótico que ejemplifica esta posición, cabe señalar que en un reciente congreso del sector realizado en Bariloche, expresaron sus puntos de vista con una crudeza pocas veces vista: la gran mayoría de las intervenciones de los representantes de estas empresas se refirieron a los supuestos desfasajes económicos que les generan las distintas regulaciones y leyes que han procurado avanzar sobre su negocio desde el 2006 a esta parte. Incluso se escucharon alocuciones con comentarios despectivos dirigidos a pacientes que sufren esas enfermedades incorporadas al PMO o que son beneficiarios de programas específicos como el de fertilización asistida, al que calificaron como “aberración científica”.

Los reclamos, como los de otras actividades económicas que tuvieron su fiesta en los 90, tienen que ver, en realidad, con la decisión de este gobierno de intervenir a través de los diferentes estamentos del Estado, en la regulación del negocio, procurando preservar el bienestar general mas allá de los derechos que asisten a los privados de buscar la ganancia empresaria. Para ellos tiene menor relevancia el acceso al derecho humano de atención de la salud que la ecuación económica, algo por supuesto perfectamente lógico si tenemos en cuenta su finalidad: el lucro.

Pero el objetivo de esta nota no es criticar a las Empresas de Medicina Privada, que son emprendimientos comerciales perfectamente legales, tan solo pretendemos diferenciarlas claramente de las Obras Sociales en general y de las Obras Sociales Sindicales en particular.

También buscamos acudir al criterio y, por qué no, al sentimiento de quienes leen estas palabras: consideramos fundamental que se tenga clara la diferencia y pretendemos impulsarlo a que haga uso de la opción individual de elegir y elija siempre a una Obra Social, se estará sumando a un colectivo y dejando atrás el individualismo que tanto daño nos hiciera marcando a fuego a nuestra sociedad en los años 90.

Más allá de la cuestión económica que es solo una parte, más allá de particularidades prestacionales, en nuestra Obra Social usted y su familia encontrarán siempre la contención y la mejor disposición para la solución de los problemas que pudieran presentarse.

Además contará con la íntima satisfacción, esa que sienten las personas de bien, de formar parte de un sistema que tiene como fundamento el valor universal de la Solidaridad.

Ing. Hugo René BEASCOCHEA
Secretario de Obra Social APJAE
Presidente OSJeRA
OSJeRA y la salud en el bicentenario

La revolución industrial tuvo, como una de sus consecuencias, la conformación de grandes núcleos urbanos a partir de la concentración de la población en torno de la industria en desmedro de las poblaciones rurales, lo que fue paulatinamente, generando la necesidad de atender la salud de esas numerosas poblaciones.

A partir de esta demanda de las clases trabajadoras, comenzaron a surgir los hospitales públicos en las ciudades más pobladas del país.

No obstante, se puede afirmar que, un siglo atrás, la salud no era un asunto de interés del Estado.

Por aquella época comenzaba a organizarse el sindicalismo en la Argentina, con toda su historia de dolor y frustraciones, de persecuciones y víctimas de las más atroces actitudes totalitarias por parte de la clase dominante.

De estos sectores de reciente y todavía precaria organización surge, naturalmente, la necesidad de dotar a los trabajadores de un sistema de salud que garantizara la igualdad de oportunidades para todos, anhelo que, como tantos otros, habría de transitar un medio hostil durante décadas.

Hasta entrada la década del 40, no existía en nuestro país ningún desarrollo nacional de la seguridad social. Recién a partir de 1945 la clase trabajadora comienza a encontrar respuestas a sus legítimos y antiguos reclamos; con el apoyo del Estado, los sindicatos comienzan a trabajar, no solo de defender los derechos laborales de sus representados, sino también a ocuparse activamente de la seguridad y la salud social.

Sin dudas, la figura mas representativa de esta etapa fue la del Dr. Ramón Carrillo, el primer Ministro de Salud Pública de la Argentina, cargo que ejerció durante diez años. Carrillo es reconocido como el más importante sanitarista argentino y su obra alcanzó relevancia internacional.

Las actividades vinculadas con la salud por entonces, mas allá de la impresionante participación estatal en la conformación de un sistema público y gratuito de atención de la salud, las prestaban directamente las organizaciones gremiales, en lo que se reconoce como el antecedente de lo que hoy son las obras sociales.

La Ley 18.610 de 1970 (hoy 22269), brindó el primer marco regulatorio del sistema de obras sociales, con ella comienzan a distinguirse las actividades netamente sindicales de las de salud o seguridad social.

Luego del sombrío período de la dictadura, el siguiente hito es de 1987 con la sanción de las Leyes 23660 y 23661 que crean el Sistema Nacional de Seguro de Salud que define a las obras sociales como agentes de este sistema.

La cobertura integral provista por las obras sociales tiene la particularidad de cumplir con principios fundamentales, tales como la universalidad de la cobertura o la inmediatez

e integridad de las prestaciones. Asimismo el sistema basa su funcionamiento en LA SOLIDARIDAD y en la IGUALDAD como valores trascendentes y universales.

Los trabajadores solidarizan sus aportes individuales y patronales financiando el sistema y las obras sociales cubrimos las necesidades de salud de todo el grupo familiar en idénticas condiciones para todos.

Nuestra obra social, OSJeRA, ha transitado, desde su creación en 1996, por diferentes escenarios. Concebida inicialmente para prestar servicios a los afiliados de la APJAE, fusionada en 1997 con los Jerárquicos de la Industria Gráfica y retomado el control exclusivamente por la APJAE en 2001, también ha ensayado diferentes alternativa desde lo prestacional en la búsqueda de mejorar sus servicios.

Atravesamos también una profunda crisis económico-financiera que reconoce su origen en el comienzo del año 2006 y que nos llevara, en junio de 2008, a realizar una convocatoria de acreedores de manera de garantizar la continuidad de la organización y de proteger los derechos de todos los beneficiarios.

En esa fecha se da un giro fundamental al rumbo, emprendiendo una gestión íntegramente administrada por la OSJeRA en todo el país, y rápidamente comienzan a verse los resultados: prestaciones eficientes y oportunas a costos razonables, fidelización del padrón de afiliados, consolidación y crecimiento de la red de prestadores.

El festejo del Bicentenario de nuestra Patria, habiéndose homologado el acuerdo concursal, nos encuentra preparados para el crecimiento y abocados a prevenir y atender las necesidades de nuestros 20.000 afiliados.

Quienes tenemos la enorme responsabilidad de conducir la OSJeRA estamos íntimamente consustanciados con aquel espíritu filosófico que sostiene el Sistema Nacional de Seguro de Salud y empeñados en dar testimonio permanente de ello con nuestros actos.

Sin dudas que hoy los dirigentes sindicales que trabajamos en el área de la salud no tenemos las dificultades que tuvieron nuestros precursores en el sindicalismo argentino, pero tenemos nuevos desafíos hacia el futuro, fundamentalmente la creación de una estrategia progresiva y sustentable para garantizar a todos los beneficiarios del sistema, una vida saludable, extendiendo el concepto de SALUD mas allá del medicamento o la práctica médica propiamente dicha, incluyendo el descanso, la recreación, el desarrollo personal, familiar y social.

En eso estamos trabajando.

Palabras del Secretario

Hugo Beascochea (La Pampa) El criterio general de nuestro trabajo, transformado en objetivo y visión global es el que procuramos transmitir en la Revista Potencia Nº 105 y que a continuación transcribimos El destino de nuestro trabajo, fortalecido desde la creación de la Secretaria de Obra Social en el ámbito de la CDC, es aunar esfuerzos entre las dos Organizaciones, APJAE y OSJeRA en procura de alcanzar un único objetivo: el bienestar del afiliado de la Asociación y de su grupo familiar, en este caso en el campo de la salud.