EL VALOR DEL SISTEMA SOLIDARIO



El Sistema de Salud de nuestro país carece de una Ley única, que interrelacione a las diversas Leyes que regulan el funcionamiento y los alcances de los distintos subsistemas.

Las Obras Sociales son agentes de salud que pertenecen a un subsistema muy particular y valioso; este valor característico y que marca una diferencia notoria, es la SOLIDARIDAD.

Las Obras Sociales y el Estado, son los únicos sectores del Sistema que velan por el acceso a la prevención y cuidado de la salud con la única finalidad de dar cobertura de este derecho natural, humano.

En una posición claramente distinta, con el único objetivo del lucro económico, se encuentran las Empresas de Medicina Privada o comúnmente denominadas Prepagas.

Estas empresas comerciales encontraron su notable expansión, como otras, en la deplorable década de 1990 y también como otras, lo hicieron a expensas del Estado y en este caso también del Sistema de Obras Sociales, usufructuando los vericuetos que la legislación de la época les abriera para insertarse en el sistema solidario.

Por supuesto que esta inserción se realizó, en general, para concretar lo que se conoce como “descreme” del Sistema mediante un mecanismo simple: captar los mayores aportes y los grupos familiares de menos riesgo. Como se entiende rápidamente, este accionar tiene una consecuencia muy evidente: se reduce el ingreso genuino de las obras sociales, el que permite dar cobertura universal a todos sus afiliados independientemente del ingreso o de la problemática que posean.

Estas Empresas tan conocidas y de aparente excelencia, permanecieron casi sin regulación hasta que este Gobierno impulsara una Ley específica que contó con no poco rechazo de algunos sectores de la oposición evidentemente influenciados por los intereses en juego.

También es bueno recordar que las Empresas de Medicina Privada han tenido siempre una reacción casi “espasmódica” de evidente rechazo a la incorporación de nuevas prestaciones en favor de sus asociados.

Como dato casi anecdótico que ejemplifica esta posición, cabe señalar que en un reciente congreso del sector realizado en Bariloche, expresaron sus puntos de vista con una crudeza pocas veces vista: la gran mayoría de las intervenciones de los representantes de estas empresas se refirieron a los supuestos desfasajes económicos que les generan las distintas regulaciones y leyes que han procurado avanzar sobre su negocio desde el 2006 a esta parte. Incluso se escucharon alocuciones con comentarios despectivos dirigidos a pacientes que sufren esas enfermedades incorporadas al PMO o que son beneficiarios de programas específicos como el de fertilización asistida, al que calificaron como “aberración científica”.

Los reclamos, como los de otras actividades económicas que tuvieron su fiesta en los 90, tienen que ver, en realidad, con la decisión de este gobierno de intervenir a través de los diferentes estamentos del Estado, en la regulación del negocio, procurando preservar el bienestar general mas allá de los derechos que asisten a los privados de buscar la ganancia empresaria. Para ellos tiene menor relevancia el acceso al derecho humano de atención de la salud que la ecuación económica, algo por supuesto perfectamente lógico si tenemos en cuenta su finalidad: el lucro.

Pero el objetivo de esta nota no es criticar a las Empresas de Medicina Privada, que son emprendimientos comerciales perfectamente legales, tan solo pretendemos diferenciarlas claramente de las Obras Sociales en general y de las Obras Sociales Sindicales en particular.

También buscamos acudir al criterio y, por qué no, al sentimiento de quienes leen estas palabras: consideramos fundamental que se tenga clara la diferencia y pretendemos impulsarlo a que haga uso de la opción individual de elegir y elija siempre a una Obra Social, se estará sumando a un colectivo y dejando atrás el individualismo que tanto daño nos hiciera marcando a fuego a nuestra sociedad en los años 90.

Más allá de la cuestión económica que es solo una parte, más allá de particularidades prestacionales, en nuestra Obra Social usted y su familia encontrarán siempre la contención y la mejor disposición para la solución de los problemas que pudieran presentarse.

Además contará con la íntima satisfacción, esa que sienten las personas de bien, de formar parte de un sistema que tiene como fundamento el valor universal de la Solidaridad.

Ing. Hugo René BEASCOCHEA
Secretario de Obra Social APJAE
Presidente OSJeRA